Desde la Fundación Juan Muñiz Zapico hemos querido desarrollar a través de la literatura minera todo un nuevo campo de acción en nuestra tarea por la recuperación y el conocimiento de la memoria y la historia de la Clase Obrera, y que mejor que con los mineros a través de la literatura. Ningún otro sector laboral ha teñido las páginas literarias con la intensidad que lo ha hecho el mundo minero.

Obras interesadas en la denuncia social, como Teresa (Clarín), El intruso (Blasco Ibáñez), Los vencedores y los vencidos (Ciges Aparicio), La espuma (Palacio Valdés), Daniel (Joaquín Dicenta), El metal de los muertos (Concha Espina), Los hijos de la piedra (Miguel Hernández), Los hombres crecen bajo tierra (Carlos M. Ydígoras), La mina (Armando López Salinas), Sueño de sombra (Víctor Alperi y Juan Mollá)..., y por supuesto Germinal, de Zola, como obra cumbre de la literatura universal, han sido analizadas todas ellas por Benigno Delmiro Coto en su ensayo Literatura y Minas en La España de los Siglos XIX y XX. A partir de la publicación de esta obra, a finales del 2003, la Fundación Juan Muñiz Zapico ha organizado diversas actividades relacionadas con el tema.

Visiones entrecruzadas, idealizadas o deformadas, a favor o en contra pero siempre desde la pasión ideológica. Valores de solidaridad, lucha y sacrificio que nos sirven, desde el estudio y fomento literario, para mejor conocimiento de nuestro presente y por tanto de nuestro pasado.


Desde septiembre de 2004 la Fundación Juan Muñiz Zapico convoca anualmente el Concurso de Microrrelatos Mineros "Manuel Nevado Madrid" y se encarga de la edición de los microrrelatos ganadores y seleccionados de cada convocatoria, con el objetivo de contribuir tanto a la recuperación de la memoria histórica, como a la apuesta por los valores de solidaridad y lucha de la cultura minera a través de la creación de textos literarios provenientes de todas las partes de Asturias, de España y del mundo.

Extracto de la revista Alto Nalón, número 60-61, oct-dic 1990

El Pisón, 1934

GRUPO «EL PISÓN», FOTO DE «PENA» Y LA HISTORIA PERDIDA - 1934

Año de 1934. Grupo de El Pisón, por los montes Laviana, de la empresa Coto Musel, corona del río Nalón por los collados de Canzana y Villoria. Y considerable grupo de mineros, muy pocos vivos en la actualidad, muchos de ellos muertos en la guerra fraticida española; otros, falleciendo al correr de los años y de las penitencias. La historia perdida y no recuperada que el fotógrafo «Pena» ha dejado en este gráfico para que ahora los citemos. Cita que es posible merced a Nieves González Fernández, de 83 años, natural de Les Quintanes y vecina de Entralgo, «que los conoció a todos cuando ella era neña, después moza, e iba a envasar el carbón».

Mira este de la izquierda y que es un crío es Abel, que vive todavía, junto a la madre, Generosa, que limpiaba las chabolas y era lampistera... Después, mira, es Manuel Huerta, Graciano de Les Quintanes, Urbano Fernández, del Meruxal; Celso, que vive en Santa Bárbara; Pepe, el Francés, que acaricia el perro; Pepe el Francés era vigilante de mina; Enrique Orviz, del Meruxal; el crío, que levanta el puño es Vicente, padre de Nardi, el de la Caja Rural; Angel Fdez.; Angel Fernández, abuelo de Nardi; Pepe Cuetos y Lalo Lloságra, que son los dos ultimos de la primera fila, de izquierda a derecha.

A la izquierda y medio cortado es Angel, padre de Abel y padre de Angel, el concejal de Izquierda Unida en Laviana, que es maestro; a la derecha de Generosa, levantando la lámpara, como un símbolo, está Celestín Huerta, Pepe de Celedonio, Mesildo Orviz, Antonín Suárez, Lucia Suárez, hermano del anterior; Marcelo Huerta, de Los Fornos, igual que Angel, que es hermano de Marcelo y le llamaban «el Marqués»; Quico Fernández. Y a la altura de Generosa, son Pepito Suárez, Vicente Fernández y José Fernández, a quien le llamaban «el Mozo».

Mira, detrás de Generosa y Angel, a la izquierda está Baltasar Barbón, Tomasín de les Quintanes, Gerardo Fernández, Manolo «el quemau», los cuatro sin boina en la cabeza... Después siguen José Fdez., Maximino Gutiérrez, Pepe Suáres (el Mancu), Graciano, muerto en la guerra; Samuel Glez., también murió en la guerra; Clemente de les Quintanes, que vive todavía y tiene ahora 90 años; Herminio, Celedonio Fdez. y José Diaz.

Mas atrás, donde aparece sólo, está Anibal González, y a la derecha Amalio Orviz, de chaleco y cadena; Bonifacio Huerta, Nicasio La Caucia; (que todavía vive); Lin de la Caya; Aurelio Fdez., de Los Fornos; y Rivas, de Les Quintanes.

En la otra fila de atrás, que comienza en el medio de la foto, son Jesús Huerta, muerto «por los del monte»; Amalio Huerta, de Les Quintanes; uno que no conozco; después César de Munda, Linos, padre de César y Pepe, hijo también de Linos, así como Benjamo, que también era hijo; después Arcadio, que vivió muchos años inválido por mor de la guerra, que vemos a la derecha del todo, de boina grande y cayada, mientras que está delante de él Vicente del Valle Castañal.

En la última fila está Daniel el de Milde; Belarmo el de Feli, Manolo el de Rivas; «El Roxu de los Fornos»; Gerardo y Manolo de Les Palombes de Tolivia; uno que no conozco; después David Morán, (que vive y es amigo nuestro y de esta revista); M. del Meruxal; Pepe, muerto en la guerra; Herminio, del Cerezaleru...