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Presentación del libro
El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)
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PRENSA
 
» Presentación del libro "El movimiento obrero en Asturias durante el Franquismo"
Mundo Obrero, 08.07.2013
» Cuarenta años en las barricadas
A Quemarropa, 08.07.2013
» Prado Alberdi: «Es falso que hoy en día no exista clase obrera en nuestro país»
El Comercio, 08.07.2013
» La Semana Negra indaga sobre el movimiento obrero en Asturias durante el franquismo
La isla inexistente, 07.07.2013 / Rebelión, 12.07.2013
» El Movimiento Obrero Asturiano bajo el Franquismo (1937-1977)
Revista Estudios y Cultura, julio/agosto 2013
» «Los mineros, durante el franquismo, fueron un agente democratizador»
El Comercio, 10.06.2013
» Acerca de la Asturias obrera que marcaba el camino contra la dictadura franquista
El Sindicato, 06.2013
» Entrevista a Rubén Vega, coordinador de «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)»
Pieces, TPA, 26.04.2013
» De cuando la huelga minera de 1962 tuvo eco en la portada de «Le Monde»
La Nueva España, 20.04.2013
» Vega: «La lucha obrera generó expectativa entre los opositores al régimen»
La Nueva España, 18.04.2013
» Corvera acueye la presentación d'un llibru-discu sobre'l movimientu obreru na Asturies del Franquismu
Asturnews, 15.04.2013
» Para saber más sobre el movimiento obrero
La Nueva España, 05.04.2013
» Rubén Vega y la historia del movimiento obrero en Asturias: la aspiración de construir un mundo más justo
biblioasturias.com, 15.03.2013
» «El movimiento obrero durante el franquismo» se presenta hoy en Turón
La Nueva España, 14.03.2013
» Historiadores asturianos firman un libro de referencia sobre la clase obrera
El Comercio, 08.03.2013
» 'El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo', de Rubén Vega
RTPA, 01.03.2013
» Rubén Vega: «El movimiento obrero fue el fantasma al que Franco siempre temió»
La Nueva España, 01.03.2013
» La Fundación Juan Muñiz Zapico presenta el libro "El Movimiento obrero en Asturias durante el franquismo. 1937-1977"
ccooasturias.es, 01.03.2013


 
Presentación del libro "El movimiento obrero en Asturias durante el Franquismo"
Mundo Obrero, 8 de julio de 2013

Prado Alberdi: "No hay derechos ganados, sino conquistados colectivamente, y hay que seguir luchando"

Gijón, David Santirso Ruiz

Presentación del libro 'El movimiento obrero en Asturias durante el Franquismo' [Foto: @snegra]
Presentación del libro "El movimiento obrero en Asturias durante el Franquismo" [Foto: @snegra]

"Mientras haya gente que tenga que vender su fuerza de trabajo para poder vivir, habrá clase obrera" decía Francisco Prado Alberdi, exsecretario de CCOO de Gijón, en el acto organizado por la Fundación Juan Muñiz Zapico con motivo de la presentación del libro "El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo", en el que Alberdi colabora junto con el coordinador del trabajo, también presente, Rubén Vega, Doctor en Historia y profesor en la Universidad de Oviedo. El tercer ponente fue Ramón García Piñeiro, Doctor también en Historia y miembro, entre otras, de la Asociación de Historia Social y la Asociación Historia del Presente.

Los tres ponentes desgranaron no solo las claves que conforman el libro sino, también, los puntos básicos del movimiento obrero en Asturias y su repercusión en el movimiento obrero en todo el Estado, con referencias, no solo al periodo de la dictadura, sino también en el presente s. XIX.

Comenzaría la presentación Francisco Prado Alberdi, agradeciendo a todos los que colaboraron en la investigación y redacción del volumen, cuya importancia es o debe ser notoria por el centrado pero amplio análisis que se ha logrado hacer en conjunto del movimiento obrero asturiano. Haría hincapié en su intervención en un concepto clave, un concepto básico que muchos pretenden extinguir, denostar u ocultar. No era otro que el concepto de "clase" y más concretamente la "clase obrera". "Hoy en día muchos no quieren reconocer ese concepto, se creen que pertenecen a una clase media que no es tal, que sigue teniendo que vender su fuerza de trabajo para sobrevivir; una fuerza de la que no es dueño y que queda en manos del capital. Por ello es falso que no exista la clase obrera. De hecho, ahora es más importante que nunca tener claro ese concepto," aludiendo, además, a la necesidad de tomar conciencia colectiva de que unidos, se pueden seguir conquistando derechos para los trabajadores.

El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)
El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)
Rubén Vega García (coordinador). VV.AA
Fundación Juán Muñiz Zapico

Posteriormente, la intervención de García Piñeiro tomaría un tono más histórico, desglosando brevemente las distintas etapas por las que pasó la "vanguardia combativa antifranquista", desde los primeros momentos de la Guerra Civil, hasta la caída del frente de Asturias en el 37 para luego mostrar los cambios y distintos tipos de acciones que se tomarían a lo largo de la dictadura. Especial importancia tendría el PCE que, en palabras del ponente, representó, tanto en la Guerra Civil, como durante la dictadura el mayor foco de resistencia tanto en Asturias como en toda España. De hecho, la gran incidencia de las actividades antifranquistas gestionadas por el Partido y que lo acabarían identificando como la oposición directa al franquismo en Asturias, también tendría un fatal resultado que haría que en determinados momentos las actividades se viesen tremendamente mermadas, la continua y sangrienta represión.

Tanto durante la guerra, como en los años 40, las guerrillas formadas en muchos casos por mineros y siderometalúrgicos tendrían gran actividad en la región lo que asentaba al PCE como punta de lanza frente a la dictadura, pero que también lo pondría en el punto de mira de los cuerpos represivos franquistas auspiciados por leyes tales como la Ley de Fugas. A pesar de ellas y de la casi desaparición de la oposición antifranquista en Asturias en los años 50, "Asturias volvería a ser la guía de las movilizaciones obreras a nivel estatal a raíz de las huelgas mineras del 62".

Finalmente intervino Rubén Vega, coordinador del proyecto. Antes de realizar un breve análisis histórico, quiso dejar claro que este libro "busca dar una visión completa del movimiento obrero en Asturias, columna vertebral del movimiento obrero en España no solo en los años de la dictadura, sino a lo largo de todo su historia y hasta en nuestros días, en el siglo XXI". De ahí que el análisis que se hace en la presente obra no sea un mero compendio de investigación histórica, sino que cuente también con grandes aportaciones procedentes de la literatura y de las artes plásticas.

Siguiendo con la estela de la intervención de García Piñeiro y, citando Vázquez Montalbán, Vega también afirmaría que "el movimiento obrero en Asturias y más concretamente, lo que hacían los mineros asturianos, era el espejo al que miraban el movimiento estudiantil, vecinal, feminista y otros muchos movimientos similares en el resto de España, llegando a tener gran repercusión internacional, no solo en los medios de comunicación, sino recibiendo también apoyos de partidos, sindicatos y muchas instituciones de todo el mundo. Citando a Francisco Erice, quien también participa en la redacción del libro, "la lucha obrera ha sido clave en todos los ámbitos de la lucha por los derechos de los trabajadores" algo que desde la dictadura se buscaba combatir ya desde la Guerra Civil a través de una cruenta y sangrienta represión que con el paso del tiempo se iría tornando en una represión más selectiva contra quienes intentaban crear conciencia de clase, conciencia colectiva que luchase por "la utopía del igualitarismo". Hilando con ello y para finalizar, Vega quiso puntualizar que, a pesar del machismo de existente dentro del movimiento obrero en la época, si se representaron 3 reivindicaciones feministas como fueron la igualdad de salarios, la baja y el reconocimiento a los derechos básicos de ahí que en el libro exista un capítulo de gran importancia cuyo título es "el género y la clase" ya que, no se puede hacer historia social y del movimiento obrero sin tener esa dimensión en cuenta".

 



 

 
Cuarenta años en las barricadas
A Quemarropa, 8 de julio de 2013

Blanca M. García

En estos tiempos de crisis se extiende cada vez más el rumor de que al que no tiene padrino ni dinero nadie le regala nada, y mucho menos si encima es obrero. Aunque recordemos que por obrero, según puntualizaba ayer el histórico de Comisiones Obreras Francisco Prado Alberdi en la Carpa del Encuentro, no se entiende sólo a aquél que trabaja en una fábrica metalúrgica o baja todos los días a la mina, sino que la definición actual de esta clase ha pasado a ser «una condición que adquiere el que tiene que vender la fuerza de su trabajo para poder vivir siempre que su poder de intervención sobre sus condiciones laborales sea mínimo».

Cuarenta años en las barricadas

Prado Alberdi así lo explicaba durante la presentación, en la SN, de El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977), obra editada por iniciativa de la Fundación Juan Muñiz Zapico —que él mismo preside— y del Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias que ha sido editado con el sello KRK. Coordinado por Rubén Vega García y escrito gracias a la colaboración de autores como Ramón García Piñeiro, Claudia Cabrero Blanco, Benigno Delmiro Coto y Carlos Gordon, entre otros, el libro es el resultado de «un trabajo militante» de un grupo de historiadores que quisieron ceder su esfuerzo desinteresado para sacar adelante «un proyecto de investigación » iniciado en 2010 con el objetivo de convertirse en un referente. «Hasta ahora no contábamos con ninguna visión global de lo que fue el movimiento obrero en Asturias», indicó Rubén Vega.

La obra viene acompañada de un CD que lleva por título Clase obrera y movimiento obrero en Asturias (1937-1977). Materiales para su estudio, y aborda la etapa de la dictadura franquista desde la caída del frente del Norte, en octubre de 1937, hasta las elecciones generales de junio de 1977. Entre sus múltiples capítulos, García Piñeiro recordó durante el acto que no faltan los duros años de la guerrilla, donde «trescientos o cuatrocientas personas podían haber muerto en el Principado».

No faltan tampoco las primeras reivindicaciones de obreros por los accidentes producidos en minas y fábricas debido al incumplimiento de las normas de seguridad, las huelgas e, incluso, el papel que jugaron las mujeres para equiparar sus condiciones salariales a las de los hombres, obtener permisos de baja por maternidad, y sus constantes denuncias ante la discriminación a la que se veían sometidas.

Para hacer realidad el proyecto, sus promotores han tenido que hacer frente a los problemas de financiación que acompañan a la crisis, aunque el trabajo, dicen, ha merecido la pena. «El movimiento obrero en Asturias era una referencia obligada en todo el territorio nacional », destacó el coordinador del libro.

 



 

 
Prado Alberdi: «Es falso que hoy en día no exista clase obrera en nuestro país»
El Comercio, 8 de julio de 2013

El movimiento sindical sigue siendo hoy en día necesario porque los derechos no se ganan sino que «se conquistan colectivamente» y «es falso que ahora no exista clase obrera en nuestro país». Con estas palabras, Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico y exsecretario general de CC OO en Gijón, presentaba ayer en el marco de la Semana Negra el libro 'El movimiento obrero durante el Franquismo 1937-1977'.

La publicación, coordinada por el historiador Rubén Vega, es el resultado de un proyecto de investigación que sintetiza la historia del movimiento obrero asturiano durante el Franquismo, desde la caída del frente del norte en octubre de 1937 hasta las elecciones generales de junio de 1977. Es además, el primer estudio que abarca el movimiento asociativo y sindical durante la Dictadura, germen a su vez del sindicalismo en el conjunto del país.

Durante la presentación, el profesor Ramón García Piñeiro señaló que las huelgas de 1962 convirtieron a Asturias en máximo exponente de la lucha obrera en España.

 



 

 
La Semana Negra indaga sobre el movimiento obrero en Asturias durante el franquismo
La isla inexistente, 07.07.2013 / Rebelión, 12.07.2013

Armas para defendernos del naufragio

Gijón, Javi Álvarez

Ramón García Piñeiro, Francisco Prado Alberdi y Rubén Vega presentando el libro El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo. [Foto: Toni Gutiérrez]
Ramón García Piñeiro, Francisco Prado Alberdi y Rubén Vega presentando el libro El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo. [Foto: Toni Gutiérrez]

La Semana Negra de Gijón ha cogido una mayor carga política este año. Dentro de la programación de cada edición, siempre ha mostrado a las claras su carácter progresista, de izquierdas si se quiere, y cercano a una clase obrera combativa que tanto ha ofendido a ciertos sectores conservadores de Asturias. Pero la crisis obliga a mantener esta postura con mayor fuerza si cabe. Dice Ángel de la Calle sobre El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo que si este tipos de libros no se hacen ahora, va a ser difícil hacerlos luego. Añade que habla de nosotros, la clase trabajadora. Su padre fue uno de esos que vino del pobre Sur hacia el Norte industrial. Leyendo el libro ha descubierto asuntos importantes porque cada uno de nosotros encuentra algo en sus páginas escrito directamente para él.

Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico que edita el libro, se encarga de explicar de qué forma surgió el proyecto. Se trata de una idea que tanto él como el historiador Rubén Vega venían rumiando por separado en sus cabezas, aunque nunca habían hablado de ella. Los dos consideraban que era un libro que hacía falta. Hace cuatro años pusieron la idea sobre el tapete y empezaron a estudiar cómo abordarla. Hacía falta un dinero que no tenían. Luego llegó la crisis y toda garantía de que el proyecto siguiese adelante se esfumó. Si el libro está sobre la mesa ahora es porque hay en él un trabajo militante de todo un grupo de historiadores que trabaja por amor al arte y para contar la historia de la lucha obrera contra el franquismo. Alberdi describe El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo como un de investigación hecha con mucho esfuerzo. Los coordinadores quizá pensaban hacer otra cosa más extensa, pero en ese sentido el dinero les limitó. El objetivo del libro es convertirse en referente para que se puedan iniciar investigaciones posteriores de aspectos concretos de él.

Se pregunta Alberdi si hoy existe una clase obrera en Asturias. Los medios parecen decirnos que no; no quedan fábricas, se niega la existencia de una clase trabajadora que lucha y combate por sus derechos y se habla de una clase media en su lugar. Sin embargo, mientras haya personas que tengan que vender su fuerza de trabajo para vivir, seguirá existiendo la clase obrera, pues se adquiere por condición y no por conciencia. El trabajador no tiene poder, las condiciones se las impone el empresario. Negar la existencia de una clase trabajadora sirve a unos intereses, a una política de recortes donde se trata de deshacer los derechos conquistados y que no haya fuerza de lucha que se oponga. La Historia no se puede repetir, no podemos volver atrás, pero sí es posible aprender de los errores. Quizá este libro nos enseñe algo que nos sirva para nuestro presente. No hay nada regalado, todo ha sido fruto de la pelea; cada derecho fue conquistado y la manera de defenderlo será también luchando colectivamente.

Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC.OO. Asturias. [Foto: Toni Gutiérrez]
Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC.OO. Asturias. [Foto: Toni Gutiérrez]

Cuenta Ramón García Piñeiro que lo representó la revolución de Octubre del 34 sirve para justificar por qué en 1936 la clase obrera asturiana era la vanguardia de toda la clase obrera española. Después sobrevino la Guerra Civil. Tras la derrota republicana, del 37 y hasta el 42 se extienden los años del exilio, los piquetes de fusilamiento, las cárceles, las purgas y la humillación social para la clase trabajadora. En ese periodo los movimientos obreros no se habían organizado. Del 42 al 46 son los años de la esperanza, el contexto internacional es favorable y se crea una expectativa en la que parece posible un cambio de régimen. Es un periodo de intensa actividad opositora. Como no se podían hacer huelgas, la lucha se hacía a través de sabotajes porque paralizar la actividad minera y fabril en Asturias repercutía en la economía del régimen y en sus símbolos. Del 46 al 52 son años especiales, de resistencia armada y guerrilla. El Partido Comunista perdía contacto con los principales centros urbanos y las fábricas y ganaba adeptos en las zonas rurales. La oposición se va al campo y con ello se pierden las pautas de lucha tradicionales, aparecen los golpes económicos, bajan los sabotajes y surgen los secuestros y los atentados personales. El régimen responde de la forma más virulenta y aparte de las ejecuciones judiciales se hacen habituales los asesinatos por aplicación de la ley de fugas y otras acciones irregulares. El franquismo (regulares, falangistas, guardias civiles, movimientos parapoliciales como la brigadilla y las contrapartidas) actúan con total impunidad.

Las consecuencias de esta política es un alejamiento del movimiento obrero, que incluso desde la guerrilla llega a menospreciarse por considerar que estaba integrado en el sistema y no llevaba la misma llama combativa que ellos. El resultado es que queman a los enlaces que les ayudaban, ese entorno que los sostenía llega hasta el agotamiento y se comprueba que no es posible continuar por este cauce. Cuando desparece la guerrilla, desparece el papel relevante de Asturias en el movimiento obrero. Del 53 al 60 se abre un periodo para tomar fuerzas. Será a partir de los años 60 cuando vuelva a ocupar la vanguardia del movimiento obrero con la creación de las Comisiones Obreras y las huelgas del 62, una vanguardia que se mantiene hasta 1967.

A Rubén Vega le corresponde, como coordinador del libro, ofrecer la visión de conjunto y hablar de la clase organizada que se convierte en movimiento, explicar en qué ambiente se movían esos militantes que arriesgaban su puesto de trabajo, su libertad y su vida. El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo es una obra de síntesis que abarca todo lo sucedido porque no había una visión de conjunto de ese periodo y sobre ese tema. El movimiento obrero asturiano funcionó como columna vertebral de Asturias y de España, lo fue en el 34 y también durante el franquismo. Toda la clase trabajadora del resto del país miraba lo que pasaba aquí y preguntaba lo qué hacían los mineros para tomar ejemplo de ellos. Observaba como planteaban que se cumpliera la normativa más elemental, los conflictos de duelo y las protestas cuando dejaban de seguirse las medidas de seguridad. Aquello estaba penado como delito de rebeldía militar, pero no les paraba. Eran la oposición antifranquista y mantenían un protagonismo importante al convertir la lucha de Asturias en un arquetipo que llegó a tener un alcance internacional que cristalizó en la solidaridad mundial con las huelgas del 62.

El historiador Rubén Vega. [Foto: Toni Gutiérrez]
El historiador Rubén Vega. [Foto: Toni Gutiérrez]

Para realizar esta obra, se ha recurrido a un equipo de investigadores y especialistas, una nómina de autores e historiadores solventes. El libro se compone de una introducción para presentar el sistema económico en Asturias y seis bloques que repasan la clase obrera, los conflictos laborales y las huelgas, las organizaciones políticas y sindicales, la represión y las formas que tomó, los sujetos y la forma que adoptó la resistencia y, finalmente, la imágenes y representaciones mentales y artísticas sobre la mítica y épica de los obreros asturianos, especialmente la que tenía que ver con los mineros que ensancharon el marco de las libertades y a los que se representaba como luchadores, con conciencia y resistentes a la dictadura. El periodo que abarca el libro va desde la pérdida de la guerra por la clase obrera hasta que recupera sus condiciones de legalidad en el 77. De esa forma vemos las semejanzas y diferencias entre esos dos momentos. Ambos periodos están protagonizados por obreros de las minas y la siderometalurgia, pero en el 77 formaban parte de megaempresas públicas. En los dos momentos se daba que muchos de estos obreros procedían de la inmigración desde regiones más pobres, que llegaban a las barriadas y pasaban a engrosar la clase obrera. Entre uno y otro momento hay cambios generacionales, de procedencia y relacionados con su integración o falta de ella.

La lucha obrera es una lucha por la igualdad. El libro también aborda el género y la clase, pues hombres y mujeres vivimos los mismos problemas de maneras diferentes. Por eso se estudia a las mujeres, aunque no tuvieran un trabajo asalariado, pues ellas se mostraron activas en la resistencia, la solidaridad y la lucha. Aquellos paisanos de pelo en pecho, machistas muchos de ellos y militantes de organizaciones ilegales hablaban de igual salario ante igual trabajo, de permisos de maternidad y de todo aquello que hiciese sentir discriminada a la mujer. Se veía una luz al final de túnel desde aquella utopía igualitaria.

El franquismo fusiló hasta sus últimos días. Su represión produjo un baño de sangre hasta los años 50 y luego continuó de una manera más controlada y selectiva, pero siguió diezmando las filas de quienes pedían derechos de reunión, de expresión, de sindicación y de huelga. El franquismo tenía a gala haber extirpado todo el movimiento obrero, y estos trabajadores asturianos eran un desmentido y la base de un futuro de derechos y libertades que trajera una sociedad más justa y sin explotación. Ese es el mismo territorio en el que militan muchos de los historiadores que han participado en este libro y que les permite trabajar por amor al arte de aquellos obreros, de un movimiento de masas en torno a reivindicaciones cotidianas unas veces y de gran profundidad social otras, de quienes pelearon por todas ellas.

 



 

 
El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)
Revista Estudios y Cultura, julio/agosto 2013

Se trata de un proyecto plurianual iniciado en 2010 entre la Fundación Juan Muñiz Zapico de CCOO de Asturias y el Archivo Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias. Este año 2013 se concluyo la fase de investigación y entrevistas, entrando ya en la fase de edición libro correspondiente y montaje de los documentales.

La investigación buscaba sintetizar la historia del movimiento obrero asturiano durante el Franquismo, desde la caída del frente del norte en octubre de 1937 hasta la legalización de los sindicatos en abril de 1977 y las elecciones generales de junio de ese año. Para llevarlo a cabo se articuló un equipo de investigación formado por reconocidos especialistas vinculados al mundo académico y con una amplia experiencia sobre el ámbito del estudio. Buscábamos pues aportar una visión de conjunto novedosa sobre áreas como el desarrollo general del movimiento obrero asturiano en el panorama general del Franquismo, la condición y situación de la clase obrera entre ese periodo, la evolución de las estructuras sociales y económicas de la región en esos cuarenta años. Profundizando en la represión a la que se vieron sometidos los trabajadores y trabajadoras en su lucha contra la dictadura, las modalidades de la conflictividad laboral, los repertorios de protesta y solidaridad a lo largo del tiempo, los mecanismos de movilización, así como una perspectiva de género sobre la cultura política y social del antifranquismo, la evolución de las organizaciones obreras... en aquellos años Asturias marcaba el camino, era referencia para el conjunto del movimiento obrero del estado.

El libro resultante de 672 páginas (ISBN: 978-84- 8367-409-3) se ha coeditado con la editorial KRK siendo los autores Rubén Vega García (Coordinador), Claudia Cabrero Blanco, Benigno Delmiro Coto, Holm-Detlev Kohler, Diego Díaz, Irene Díaz Martínez, Francisco Erice Sebares, Ramón García Piñeiro y Carlos Gordon. Se adjunta al volumen un CD con el titulo título: Clase obrera y movimiento obrero en asturias (1937-1977). materiales para su estudio del que han sido autores: Claudia Cabrero Blanco, Diego Díaz Alonso, Irene Díaz Martínez, Francisco Erice Sebares, Ramón García Piñeiro, Carlos Gordon Rodríguez, Angélica Ramos Barrera, Rafael Rodríguez Valdés y Rubén Vega García. La publicación se presento el jueves 28 de febrero de 2013 en el MUSI (Museo de la Siderurgia) en La Felguera, iniciándose un proceso de presentaciones que durara todo el año y que recorrerá las principales localidades asturianas.

La otra cara del proyecto es el resultado audiovisual del mismo, con la realización de una trilogía titulada UNA MEMORIA REBELDE. El movimiento obrero antifranquista en Asturias (1937-1977) Que se divide en tres documentales de unos 55 minutos, cada uno, y el testimonio de unos 30 protagonistas directos. Los tres capítulos serian: Hay una luz en Asturias (1937-1966), La llama sigue viva (1967- 1973) y Claroscuro: de la dictadura a la democracia (1974-1977)

Los documentales que se estrenaran el próximo septiembre en el Campus de Humanidades de El Milán de la Universidad de Oviedo.

 



 

 
«Los mineros, durante el franquismo, fueron un agente democratizador»
El Comercio, 10 de junio de 2013

El historiador Rubén Vega coordina el libro de estudios 'El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo 1937-1977'

Mieres, A. Fuente

El historiador Rubén Vega, tras presentar su libro en Mieres. [Foto: Juan Carlos Román]
El historiador Rubén Vega, tras presentar su libro en Mieres. [Foto: Juan Carlos Román]

¿Se pueden comparar las luchas mineras de la época franquista con las actuales? «Por una parte, son contextos históricos muy diferentes en todos los sentidos. La de Franco era una época en la que el carbón era todavía un producto importante y la huelga no era legal; eso sí, no se puede explicar la última movilización sin conocer bien las previas». El historiador, especialista en el movimiento obrero durante el franquismo y la transición, y en los procesos de declive y desindustrialización en Asturias, Rubén Vega, apunta a que todo hay que verlo con perspectiva; «en el 37, cuando cae el frente norte, hay baño de sangre y una total prohibición de derechos». Pero «durante cuatro décadas, los mineros han sido un agente democratizador de primer orden, ejerciendo de facto libertades castigadas, como la huelga, que la dictadura tiene que digerir. Fueron agentes de construcción de una cultura democrática, de asociación, de reivindicación, de conseguir mejoras en lo salarial y en las condiciones de trabajo. También a nivel político. Los derechos que se alcanzan en la Transición no se hubieran obtenido sin esta lucha».

En un punto crítico

Con un ojo en el pasado, Vega no deja de observar el presente y el futuro; «estamos en un punto crítico, en un camino de retorno al pasado y hacia un futuro oscuro. La gente que tiene trabajo se encuentra en una situación absoluta de pérdida de derechos. Tanto porque se retiran de forma legal, como los que se producen de verdad; nadie se queja por miedo a las represalias». Pero eso todavía es extraño que haya un sector que sea reivindicativo; los mineros. «El verano pasado sostuvieron una huelga de dos meses, y eso no se hace desde ningún otro sector aunque también estén atacados directamente por los recortes. Es casi la misma historia que en 1962, las huelgas y el florecimiento de movimientos como el de las mujeres de los mineros, que también ha aparecido ahora».

Vega es el coordinador del libro 'El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo 1937-1977', una síntesis del mundo obrero asturiano de la época, que está editado por la Fundación Juan Muñiz Zapico.

El libro «se mueve en un equilibrio inestable, porque en parte es un trabajo original, consultando directamente a las fuentes, y en parte, síntesis de otros trabajos».

 



 

 
Acerca de la Asturias obrera que marcaba el camino contra la dictadura franquista
El Sindicato, junio de 2013

Rubén Vega

Javier del Río. 'Hay una luz en Asturias...', 2002, óleo sobre tela. Colección CCOO de Asturias.
Javier del Río. 'Hay una luz en Asturias...'
2002, óleo sobre tela. Colección CCOO de Asturias.

El movimiento obrero asturiano ha desempeñado a través del siglo XX un rol de extraordinaria relevancia, no ya como verdadera columna vertebral de la articulación sociopolítica de la región sino como actor destacado en el devenir histórico del conjunto de España e incluso como ocasional centro de atención de las miradas del resto del mundo. Sin duda, el movimiento revolucionario de octubre de 1934 constituye el episodio de mayor alcance a este respecto. El que provocó en su tiempo la más honda conmoción y el que ha dejado más larga estela de memoria. Las huelgas de 1962 supusieron también un momento cumbre en la contestación social a la dictadura franquista y concitaron no poca atención dentro y fuera de España. Seguramente sin estos dos hitos, la historiografía que se ocupa de la Asturias contemporánea hubiera prestado al movimiento una atención muy inferior. Pero la memoria del movimiento obrero asturiano no es materia privativa de los historiadores sino que forma parte de un acervo colectivo al que han contribuido muchos otros creadores y transmisores, dando lugar a la imagen de una Asturias obrera y combativa que aún no ha sido borrada y de la que recientemente han dado cuenta los apoyos suscitados por la última huelga minera.

La larga noche del franquismo tuvo en Asturias -particularmente en sus mineros- una contestación vigorosa y persistente. El Régimen vio siempre a Asturias como un territorio hostil y desplegó notables esfuerzos por neutralizar el resurgir del movimiento obrero y por reprimir sus manifestaciones. En circunstancias extraordinariamente adversas, las tradiciones militantes, las adscripciones ideológicas, las lealtades organizativas, los valores, las identidades y los mecanismos de solidaridad subsisten en los medios obreros a través de los durísimos años del hambre y la represión feroz de la posguerra y reaparecen de forma cada vez más abierta a medida que la clandestinidad va siendo menos estricta y los conflictos colectivos irrumpen en el escenario para quedarse. En consonancia con esta evolución, Asturias (o, lo que viene a ser lo mismo, su movimiento obrero) desempeñará un papel de referencia obligada para los opositores de todo signo. Cuando la propaganda comunista acuña el lema "Asturias marca el camino" y Chicho Sánchez Ferlosio extiende a través de las ondas la idea de que la luz de esperanza que alumbra a España entera ha sido encendida en Asturias, Picasso dibuja un puño vigoroso sosteniendo una lámpara minera y una larga nómina de intelectuales entre quienes se cuenta lo más granado de la cultura española del momento suscriben sucesivos manifiestos de solidaridad con las huelgas de 1962 y 1963. Son, sin duda, los años cumbre del protagonismo del movimiento obrero asturiano en el escenario de la movilización social contra la dictadura.

Sobre esta base de una Asturias obrera conflictiva y resistente, de mineros y metalúrgicos que desafían a la dictadura, han hecho fortuna algunos lugares comunes que la investigación histórica no puede corroborar y que son justificables no desde el análisis de los hechos sino desde la comprensión de los mecanismos de construcción del imaginario colectivo. Tanto la idea de que Asturias fue pionera en la reaparición de la conflictividad tras la guerra civil como la de que las Comisiones Obreras tienen su origen en la mina de La Camocha carecen de rigor y no dan cuenta de lo realmente sucedido sino de la identificación casi automática entre la referencia asturiana y la lucha antifranquista. La convicción de que el movimiento obrero asturiano emerge de forma temprana ("en la posguerra cabera, en levantate dafechu fuisti tamién la primera", según cantaba Nuberu) olvida que la primera huelga de envergadura, afectando a varios miles de trabajadores y a más de una empresa, no tiene lugar hasta 1957, transcurridos veinte años desde la caída del Frente Norte. Entre tanto, en Vizcaya había habido dos huelgas generales en 1947 y 1951 y en Barcelona se había producido la huelga de tranvías, por citar los hitos más relevantes.

En cuanto al tópico, repetido hasta la saciedad, de que Comisiones Obreras nació en La Camocha, no es más, ni tampoco menos, que un mito fundacional. Por una razón muy simple: porque aquellas primitivas comisiones de obreros no eran un sindicato o tan siquiera un movimiento, como luego llegaron a ser, y por tanto no tienen su cuna en un lugar concreto sino en muchos lugares y momentos distintos que acaban componiendo un fenómeno multifocal y ascendente que, a base de ser repetido e ir tomando cuerpo experimenta una metamorfosis basada en su estabilización, su coordinación y su autodefinición como movimiento sociopolítico antes de transformarse en sindicato. Con certeza podemos afirmar que hubo comisiones actuando en conflictos muy anteriores al de enero de 1957 en La Camocha y que a esta altura existía ya un análisis -debido fundamentalmente al PCE- acerca de sus potencialidades y una propuesta estratégica de la vía a seguir para su consolidación. Ahora bien, como en El hombre que mató a Liberty Valance, los hechos son mucho menos importantes que el relato adoptado como verdadero. Tampoco el 8 de marzo conmemora realmente el incendio de una fábrica en el transcurso de una huelga de mujeres y no por ello la celebración pierde su sentido. En todo caso, para reconstruir un itinerario por los lugares donde yace la memoria del movimiento obrero asturiano La Camocha, María Luisa, Fondón, Nicolasa, Fábrica de Mieres, Moreda-Gijón, el Dique de Duro Felguera… son nombres obligados. En todos estos y en bastantes otros se contienen las bases del sustento económico de generaciones pasadas, la forja de una identidad de clase, reivindicativa y luchadora y el aliento de aspiraciones de emancipación y libertad que nos legaron una sociedad menos opresiva. Quizá no sea una mera coincidencia que con la disolución de la memoria de este pasado se nos estén hurtando también las conquistas que tan duro precio exigieron a aquellos abnegados militantes clandestinos. Quienes pretenden cerrar lo que aún mantiene actividad productiva y, cuando esto sucede, se dan prisa en demoler los vestigios materiales de ese pasado están tratando de borrar una parte sustancial de nuestro patrimonio, tanto arqueológico como ideológico. Vale la pena afirmar, contra esa lógica, que la memoria del trabajo es nuestra memoria social y democrática y saber que tan sólo afrontándola podremos comprender cabalmente las asechanzas que nos sobrevienen.

Rubén Vega es historiador y ha coordinado el libro "El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo 1937-1977", editado en 2013 por la Fundación Juan Muñiz Zapico

 



 

 
Entrevista a Rubén Vega, coordinador de «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)»
Pieces, TPA, 26 de abril de 2013
 
 



 

 
De cuando la huelga minera de 1962 tuvo eco en la portada de «Le Monde»
La Nueva España, 20 de abril de 2013

El historiador Rubén Vega pasa revista al movimiento obrero en Asturias

M. C.

Desde la izquierda, Rubén Vega, Francisco Prado Alberdi, Alejandro Calvo y Carlos Siñeriz, en el Club del periódico.
Desde la izquierda, Rubén Vega, Francisco Prado Alberdi, Alejandro Calvo y Carlos Siñeriz, en el Club del periódico.

«El movimiento obrero asturiano fue un sujeto descollante en el escenario español y por momentos en el internacional, como sucedió con la huelga minera de 1962, que llegó a ocupar portadas de «Le Monde» y a provocar manifestaciones de apoyo hasta en Sidney (Australia), promovida por antiguos brigadistas internacionales». Ésta es una de las pinceladas que da el historiador Rubén Vega, coordinador del libro «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo 1937-1977», que presentó el pasado jueves en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. El libro, una síntesis del mundo obrero asturiano de la época, está editado por la Fundación Juan Muñiz Zapico junto con la editorial KRK y va acompañado de un DVD que incluye 400 documentos sobre la época.

El libro «se mueve en un equilibrio inestable, porque en parte es un trabajo original y en parte síntesis de otros trabajos», muchos de ellos hechos por algunos de los mismos autores que firman este libro, compuesto por una serie de estudios elaborados a lo largo de los últimos años por Claudia Cabrero Blanco, Benigno Delmiro Coto, Holm-Detlev Khöler, Diego Díaz, Irene Díaz Martínez, Francisco Erice Sebares, Ramón García Piñeiro, Carlos Gordon y el conferenciante de ayer, Rubén Vega.

Algunos de los aspectos del movimiento obrero asturiano que no habían sido analizados hasta la fecha en profundidad y que ahora se abordan en este libro son los relativos a «las imágenes y representaciones, la épica y el mito del movimiento obrero asturiano y cómo fue abordado desde la literatura, la música y las artes plásticas», según Vega, además de la perspectiva de género de un movimiento obrero mayoritariamente masculino y las transformaciones de la clase obrera.

Respecto a las movilizaciones obreras durante los años de la dictadura, Vega señala que se circunscribían a las cuencas mineras y a Gijón, fundamentalmente a los sectores mineros y metalúrgicos, aunque en la publicación también se recogen otras protestas, como las que llevaron a cabo en su día las cigarreras de la Fábrica de Tabacos de Cimadevilla.

Avilés, con la Ensidesa franquista creada en 1957, fue un remanso en medio del agitado mundo obrero asturiano hasta la huelgona de enero de 1976, dos meses después de la muerte del dictador, añade Rubén Vega. En la minería, las protestas más significativas, aparte de la también llamada Huelgona de 1962, fueron las huelgas de 1957, 1958 y 1963. Las protestas mineras eran un referente para los exiliados republicanos por la resonancia de la Revolución de Octubre de 1934.

 



 

 
Vega: «La lucha obrera generó expectativa entre los opositores al régimen»
La Nueva España, 18 de abril de 2013

Un libro de la Fundación Muñiz Zapico repasa las movilizaciones en el franquismo

C. J.

Vega: «La lucha obrera generó expectativa entre los opositores al régimen»

En un intento de condensar toda la investigación que se venía realizando hasta la fecha, la obra «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo 1937-1977» recupera, de forma inédita, las construcciones culturales ligadas a este momento de la historia de España. El investigador Rubén Vega, que es el coordinador de la obra, editada por la Fundación Juan Muñiz Zapico junto con KRK Ediciones, explica que la publicación aúna ese doble objetivo de síntesis y actualización sobre una etapa clave, que se abordará esta tarde, desde las 20.00 horas, en el foro cultural de LA NUEVA ESPAÑA (sala Monte de Piedad). A la presentación acudirán el viceconsejero de Cultura, Alejandro Calvo, y Carlos Siñeriz, responsable de la Obra Social y Cultural de Cajastur.

El coordinador de la obra comenta, además, que las movilizaciones de los mineros eran las acciones que más preocupaban en el régimen franquista y las que más expectativas generaban entre la oposición.

El libro se compone de una serie de estudios elaborados a lo largo de los últimos años por Claudia Cabrero Blanco, Benigno Delmiro Coto, Holm-Detlev Khöler, Diego Díaz, Irene Díaz Martínez, Francisco Erice Sebares, Ramón García Piñeiro y Carlos Gordon. La publicación se centra en la lucha contra la dictadura, los conflictos laborales generados, las protestas y movilizaciones obreras, «que en Asturias tuvieron su máxima expresión en la minería y la siderurgia», y también en las fuertes migraciones provocadas en ese momento, apunta Vega.

 



 

 
Corvera acueye la presentación d'un llibru-discu sobre'l movimientu obreru na Asturies del Franquismu
Asturnews, 15 d'abril de 2013

Redacción

Esti martes 16 d'abril a les 19:00 hores, el Centru Sociocultural de Les Vegues, en Corvera, acueye la presentación del llibru "El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)". Esti llibru ye la resultancia del un proyectu d'investigación que buscaba sintetizar la hestoria del movimientu obreru asturianu mientres el Franquismu, dende la cayida del frente del norte n'ochobre de 1937 hasta les elecciones xenerales de xunu de 1977. Trástase d'una iniciativa de la Fundación Juan Muñiz Zapico y del Archivu de Fontes Orales pa la Hestoria Social d'Asturies, empecipiáu en 2010 y editáu anguaño cola editorial KRK. Cuntando cola coordinación académica del hestoriador y profesor de la Área d'Hestoria Contemporanea de la Universidá d'Uviéu Rubén Vega García.

Pa llevalo a cabu articúlose un equipu d'investigación formáu por reconocíos especialistes venceyaos al mundu académicu y con una amplia esperiencia sobre l'ámbitu del estudiu: Rubén Vega García (Coordinador), Claudia Cabrero Blanco, Benigno Delmiro Coto, Holm-Detlev Kohler, Diego Díaz, Irene Díaz Martínez, Francisco Erice Sebares, Ramón García Piñeiro y Carlos Gordon.

Buscaben apurrir una visión de conxuntu novedosa sobre árees como'l desenvolvimientu xeneral del movimientu obreru asturianu nel panorama xeneral del Franquismu, la condición y situación de la clas obrera ente 1937 y 1977, la evolución de les estructures social y económicu del país nesos cuarenta años. Afondando na represión a la que se vieron sometíos el trabayadores y trabayadores na so llucha contra la dictadura, les modalidaes de la conflictividá llaboral, los repertorios de protesta y solidaridá a lo llargo del tiempu, los mecanismos de movilización, acordies con una perspectiva de xéneru sobre la cultura política y social del antifranquismu o la evolución de les organizaciones obreres.

Al llibru acompáñalu un CD anexu con materiales pal so estudiu.

 



 

 
Para saber más sobre el movimiento obrero
Para saber más sobre el movimiento obrero
La Nueva España, 05 de abril de 2013

El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)

Avilés

Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico, presentó ayer en Valdecarzana el libro «El movimiento obrero asturiano bajo el franquismo» junto al concejal de Cultura, Román Antonio Álvarez, y Rubén Vega, coordinador de la obra, resultado de un proyecto de investigación. En la fotografía, participantes en la presentación.

 



 

 
Rubén Vega y la historia del movimiento obrero en Asturias: la aspiración de construir un mundo más justo
biblioasturias.com, 15 de marzo de 2013
Rubén Vega y la historia del movimiento obrero en Asturias: la aspiración de construir un mundo más justo

Historiador, especialista en movimiento obrero durante el franquismo y la transición, y en los procesos de declive y desindustrialización en Asturias, Rubén Vega (Gijón, 1961) es responsable de libros tan valiosos y necesarios como La Corriente Sindical de Izquierda. Un sindicalismo de movilización, CC. OO. de Asturias en la Transición y la Democracia o, la que fue su tesis, Crisis industrial y conflicto social. Gijón 1975-1995. También ha firmado, junto a Begoña Serrano, Clandestinidad, represión y lucha política. El movimiento obrero en Gijón bajo el Franquismo, 1937-1962; con Manuel I. Viejo, de Historia de la Cruz Roja en Asturias y de Cien años de cooperativismo. Historia de la Cooperativa de Agricultores de Gijón, 1906-2006 y, junto a Carlos Gordon, la biografía Juan Muñiz Zapico "Juanín"; y ha participado en las obras colectivas como Asturias, el declive de una región industrial y Los comunistas en Asturias 1920-1982, entre otras.

Comprometido e inquieto, este prestigioso investigador es además director del Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias (AFOHSA), adscrito a la Universidad de Oviedo, que nace en el año 2000 por iniciativa de la Fundación Juan Muñiz Zapico y se desarrolla hasta 2003 a través de la colaboración entre ambas entidades para promover la recopilación, conservación y difusión del patrimonio oral e inmaterial de Asturias con la finalidad de acercar tanto a investigadores como interesados un rico caudal de informaciones almacenado en las memorias y experiencias de los hombres y mujeres protagonistas de nuestro pasado reciente. Un centro referencial y pionero con el que colaboran algunos de los más valiosos especialistas, como los que participan en la reciente publicación, coordinada por Vega, que lleva por título El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977). Claudia Cabrero Blanco, Benigno Delmiro Coto, Holm-Detlev Kohler, Diego Díaz, Irene Díaz Martínez, Francisco Erice Sebares, Ramón García Piñeiro y Carlos Gordon firman un volumen tan interesante como imprescindible, y que nos sirve como excusa para charlar con este gran conversador, quien nos introduce por la historia reciente de los asturianos.

Rubén Vega y la historia del movimiento obrero en Asturias: la aspiración de construir un mundo más justo

Por contextualizar el periodo que estudia este libro quizás lo mejor sea que nos indiques en qué punto se encontraba el movimiento obrero en Asturias antes de la Guerra Civil.

Asturias era uno de los bastiones obreros desde comienzos de siglo, con sindicatos muy sólidamente implantados. En los años treinta, el movimiento obrero conquista en gran medida la hegemonía no sólo política sino también social y cultural. A ello se añade que, tras la insurrección de octubre del 34, la identificación entre Asturias y la revolución social se vuelve un denominador común tanto de la izquierda como de los reaccionarios.

Entonces, tras el levantamiento militar y el comienzo de la dictadura, se decide militarizar a los trabajadores. ¿Fue el referente cercano de esa insurrección lo que provocó tal temor a la posible reorganización de las clases obreras?

La militarización de la minería del carbón responde en primer lugar al carácter estratégico de la única fuente de energía autóctona en un país aislado, sin apenas socios comerciales, y con un gobierno imbuido del ideal fascista de la autarquía. Al mismo tiempo, sin duda militarizar a los mineros representa una forma de asegurar el control sobre un colectivo laboral con una fortísima identidad y con antecedentes inmediatos inequívocos en cuanto a sus querencias políticas. Si a ello se añade la actividad de los fugaos, las cuencas mineras viven la posguerra prácticamente bajo una ocupación militar, una especie de territorio conquistado al enemigo.

¿Qué papel jugó esa resistencia fugada en los montes en la defensa y articulación clandestina de las clases obreras?

Los fugaos son en primera instancia supervivientes que huyen para salvar su vida. Pero, a medida que se van integrando en estructuras guerrilleras, tanto su origen social como sus ideas políticas los sitúan en el campo del movimiento obrero. La presión de los del monte pesa sobre las relaciones obrero-patronales y no deja de tener cierto efecto intimidatorio. Pero, al mismo tiempo, la actividad guerrillera requiere poner todas las fuerzas al servicio de los que se echan al monte, lo que puede retardar la reaparición de la conflictividad laboral, que en Asturias tarde veinte años en resurgir, mientras en Vizcaya o Barcelona hay ya grandes huelgas en los 40 y primeros 50.

En esos años se produce la ‘aniquilación' de los fugaos en Asturias. ¿Cómo fue entonces la represión a los trabajadores?

Las condiciones de vida y de trabajo de la postguerra son extremas para la mayoría de la población. Hambre, represión y un miedo inoculado tan profundamente que para muchos será el fin de cualquier militancia o incluso de las formas habituales de transmisión de la memoria. El fin de la guerrilla coincide con una estabilización del Régimen, reconocido internacionalmente y apenas inquietado por una oposición en su momento más débil. Los trabajadores carecen de derechos y de cauces legales para ningún tipo de acción colectiva. Quienes se atreven a desafiar el orden de los vencedores –que tienen a gala haber puesto fin a la lucha de clases- se enfrentan a torturas, cárcel, deportaciones, despidos y todo tipo de represalias. Existen redes de solidaridad relativamente amplias y pequeños reductos de una militancia clandestina en condiciones extraordinariamente adversas, pero para la mayoría no queda apenas más alternativa que el sometimiento y la supervivencia diaria.

Rubén Vega y la historia del movimiento obrero en Asturias: la aspiración de construir un mundo más justo

Aun así, empiezan las resistencias, los sabotajes y los primeros conflictos...

Hasta 1957 no se produce ninguna huelga grande. Tan sólo pequeños conflictos parciales confinados, a lo sumo, al ámbito de una empresa o de un pozo. Las fuentes dan cuenta de actos de resistencia individual que pueden ser interpretados como expresiones de rebeldía o como sabotajes. Pero la expresión más amplia se focaliza en la solidaridad con los represaliados y sus familias. Presos y despedidos reciben ayuda moral y material. Colectas, alimentos, incluso ocasionalmente escritos pidiendo su retorno.

¿Cómo vuelven a reorganizarse los trabajadores?

La forma de organización por antonomasia en el terreno laboral serán las comisiones. Es una respuesta natural ante la falta de cauces aceptables de representación: que algunos compañeros hablen en nombre de todos. Elegida o, más habitualmente, formada por selección natural de los más decididos, los que dan el paso adelante asumiendo los riesgos, la comisión de obreros canaliza las reivindicaciones, encabeza los conflictos y recoge la solidaridad. Cuando logran dar el salto hacia su estabilización en el tiempo y su coordinación sectorial o territorial, asistimos al emerger de un movimiento sociopolítico: el de las Comisiones Obreras. Que el proceso tenga mucho de natural y espontáneo no significa en absoluto que carezca de organización ni de aliento político: militantes comunistas en primer término, "cristianos" de la JOC y la HOAC y, en menor medida, otras tendencias inspiran y sostienen al movimiento, supliendo en gran medida a las centrales sindicales históricas, poco aptas para desenvolverse en condiciones de tan estricta clandestinidad.

Con las estructuras de los partidos políticos prácticamente exiliadas, y su resistencia en Asturias casi eliminada, ¿qué medidas fueron fundamentales en esa reorganización?

La reorganización inicial se hace con los restos del naufragio, con los derrotados, pero la capacidad para mantenerse activos y crecer depende de la renovación generacional. Los comunistas demostrarán a este respecto mucha mayor iniciativa, acorde con su activismo y su cultura militante. Socialistas y anarcosindicalistas mantienen estrategias más prudentes y se van haciendo cada vez más dependientes del exilio. El papel de Barreiro para los socialistas asturianos o el de Álvarez Palomo para los cenetistas carece de equivalente entre los comunistas, para quienes su figura de máxima autoridad es un clandestino como Horacio Fernández Inguanzo. En cuanto a las formas de lucha y de organización, se da la paradoja de que los más prudentes son también quienes menos atractivo tienen para los jóvenes con inquietudes, en tanto que los más activos compensan el precio que pagan en términos de represión con la mayor capacidad para regenerar sus filas con nuevas incorporaciones. De alguna manera los que van cayendo (presos, despedidos, deportados…) en la lucha siembran la semilla de nuevos militantes y proporcionan incluso nuevos motivos para la movilización.

Tras los movimientos hay toda una cultura y una conciencia de clase. ¿Qué rasgos principales destacarías?

En la cultura obrera, tal como fue configurada desde el siglo XIX, están inscritos valores de solidaridad, justicia social y sentido colectivo. La conciencia de clase remite a las aspiraciones de construir un mundo más justo, sobre bases igualitarias, sin explotación… la gran utopía que alentó al movimiento obrero y que, como reza la letra de la Internacional, pretendía "cambiar el mundo de base". La acción colectiva y la movilización son las herramientas para esa tarea. La convicción de que la causa de la clase obrera es la causa de la humanidad y que con su liberación llegará la de todos los explotados y oprimidos es el motor que permite explicar la entrega militante, aun a costa de la libertad o de la propia vida.

Rubén Vega y la historia del movimiento obrero en Asturias: la aspiración de construir un mundo más justo

El referente de los trabajadores asturianos se ha convertido en un verdadero mito. ¿Su impronta se sigue apreciando a día de hoy en la producción cultural?

A día de hoy, la producción cultural en Asturias es claramente tributaria del legado obrero. Se trata, en expresión que tomo de Benigno Delmiro y que, si no estoy mal informado, fue acuñada por Henrique Facuriella, de un pozu que no cierra. El yacimiento creativo que remite a nuestras raíces, a los esfuerzos y los valores de quienes nos precedieron, está rindiendo una fecunda producción literaria, musical y artística en general.

Para este estudio has coordinado a un equipo formado por reconocidos especialistas vinculados al mundo académico que aportan visiones muy novedosas y prácticamente inéditas del movimiento obrero. Por ejemplo, la perspectiva de género. ¿Hay una deuda con las mujeres en cuanto a su reconocimiento social?

Los historiadores hemos permanecido tan ciegos a la presencia de las mujeres durante demasiado tiempo. Únicamente cuando el feminismo ha logrado imponer su voz en la sociedad, ha visibilizado también a las mujeres en la investigación histórica. Siempre miramos al pasado con los ojos del presente. La mirada hacia las mujeres y la perspectiva de género no es ninguna excepción.

¿Hasta qué punto la autoconciencia de los trabajadores de su fuerza en la lucha ha sido crucial para llegar a día de hoy, en que aún se les ve como auténticos héroes?

Quienes actúan colectivamente y luchan por sus derechos y por causas justas sufren ataques y padecen represalias, pero también obtienen una consideración que a nadie le es regalada por mantenerse sumiso y pasivo. Aquellos que se alzan y se hacen valer, quienes luchan (aunque pierdan), quedan grabados en la memoria. En Asturias perdura una épica del pasado de lucha obrera que todavía fue visible en la última huelga minera. Ni el eco ni los apoyos que obtuvieron guardan correspondencia con su número o su peso social en la actualidad sino con lo que representan como arquetipo rodeado de connotaciones simbólicas, de reminiscencias del pasado. Los primeros que denotan esto son los propios mineros, que reaccionan de acuerdo con esquemas transmitidos a través de varias generaciones. Son pocos y seguramente los últimos, pero no están aislados, entre otras cosas, porque su pasado es uno de sus más valiosos activos.

Hay quien presuponía que los movimientos obreros estaban en vías de extinción. Pero también quien ve en ellos, en su reactivación, una luz esperanzadora. Tras este proyecto, ¿se puede vislumbrar un camino para esas movilizaciones obreras?

El contexto ha cambiado de forma radical. Las condiciones actuales no imponen un marco dictatorial en el que todo estaba prohibido. Pero las económicas, políticas, sociales y culturales se han vuelto extraordinariamente adversas para el movimiento obrero. El centro de gravedad tendrá que desplazarse a nuevos escenarios y nuevos sujetos para ser capaces de recomponer la lucha por los derechos de los trabajadores y por un mundo más justo. Lo que queda es una demostración genérica pero patente de que la acción colectiva y la movilización rinden frutos incluso en las peores circunstancias, mientras que la pasividad y la sumisión nos condenan irremisiblemente.

Junto con el libro, se adjunta un dvd con documentación anexa. ¿Qué podemos encontrar en todo ese material?

Varios centenares de documentos originales transcritos a partir de la documentación de archivo seleccionada por los autores. Un instrumento de consulta para lectores que quieran saber más o verificar parte de las fuentes que utilizamos. Y un punto de partida para nuevas investigaciones sobre estos temas que en el futuro afronten otros autores.

Rubén Vega y la historia del movimiento obrero en Asturias: la aspiración de construir un mundo más justo

Este proyecto, editado por KRK, es una iniciativa de la Fundación Juan Muñiz Zapico y del Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias. Este último es un importantísimo punto de documentación que empezó su andadura hace unos años. ¿Podrías explicarnos en qué consiste y cuál es su función?

El AFOHSA alberga miles de horas de testimonios en los que se recoge la memoria de centenares de entrevistados de diversa condición social, origen geográfico, ideas y trayectorias vitales. Contiene información extraordinariamente rica y diversa sobre infinidad de aspectos relacionados con la vida, el trabajo, la cultura y la historia de los asturianos en el siglo XX. Es un proyecto en constante desarrollo, que no ha dejado de crecer desde sus primeros pasos, hace ya catorce años. De cara a esta investigación, contábamos con un buen número de entrevistas hechas a militantes obreros y el proyecto sirvió de acicate para ampliar esos fondos con otras nuevas.

Si el apoyo académico a este tipo de investigaciones es fundamental, es de suponer que no lo es menos la divulgación de estos trabajos. ¿La historia reciente es, pese a todo lo que se ha difamado a la memoria histórica, la gran desconocida y una deuda pendiente?

La Historia, reciente o remota, es un campo de batalla en el que la interpretación del pasado se vincula de forma indisociable con el juico sobre el presente y el proyecto de futuro que tenemos. Nuestro pasado reciente ha sido traumático y volver la vista hacia atrás debería tener cierto efecto terapéutico, de reconciliación con la verdad y de conocimiento de nuestros antecedentes. Hay que mirar adelante, pero sin perder de vista el retrovisor. Quizá esto debiera ser evidente, pero en nuestra sociedad no son pocos los que lo cuestionan. En el campo concreto en que solemos trabajar los autores de este libro, dar a conocer ese pasado encierra también cierto tributo de memoria a las víctimas y a los luchadores que han sido artífices fundamentales de lo mejor de nuestra historia colectiva y que nunca han obtenido el reconocimiento que merecían.

Hablamos de la historia contemporánea de Asturias. Como alguien que está en permanente contacto directo con la gente para tus investigaciones, ¿percibes la necesidad de profundizar en esta materia, bien aportando información o bien buscando en ella suplir determinadas lagunas?

Frente al aparente olvido que reina en gran parte de la sociedad, lo cierto es que cuando te diriges a la gente buscando su testimonio, la disposición a colaborar es la norma. A menudo, el mero hecho de preguntar y escuchar lo que tienen que decir ya es una forma de reconocimiento y así te lo transmiten más o menos explícitamente. En mi caso, las negativas se cuentan con los dedos. El problema es más bien el contrario: de dónde sacar el tiempo necesario para recoger tantos testimonios, rescatar tanta memoria y salvar tanta documentación que sería accesible si llegáramos a ella pero está en riesgo de pérdida irreparable si nos demoramos. Como suele decir Jesús Suárez, que también rescata cultura y tradición oral para ese proyecto vital y joya patrimonial que es el Archivo de la Tradición Oral de Museo del Pueblo de Asturias, esto resulta fácil de explicar a cualquier persona de a pie, pero imposible hacer que lo entiendan las autoridades culturales. Lo que hagamos en los años que vienen por delante va a tener que depender –me temo que exclusivamente- sobre el esfuerzo voluntarista y totalmente desinteresado de los investigadores, condenados a trabajar huérfanos no ya de ayudas materiales sino tan siquiera de reconocimiento institucional. Es, seguramente, nuestra forma de militancia y la colaboración de la gente que aporta sus saberes y su memoria es el pago que recibimos.

 



 

 
«El movimiento obrero durante el franquismo» se presenta hoy en Turón
La Nueva España, 14 de marzo de 2013

Mieres del Camino, P. C.

El historiador Rubén Vega presenta hoy (19.00 horas) en el Ateneo de Turón el libro «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)». Bejamín Gutiérrez Huerta, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico, será el encargado de introducir el acto que se organiza en colaboración con la Concejalía de Memoria Historia del Ayuntamiento de Mieres.

Rubén Vega, profesor de la Universidad de Oviedo, coordinó el libro «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo (1937-1977)», en el que también participaron Claudia Cabrero Blanco, Benigno Delmiro Coto, Holm-Detlev Köhler, Diego Díaz, Irene Díaz Martínez, Francisco Erice Sebares, Ramón García Piñeiro y Carlos Gordon.

El libro es el resultado del un proyecto de investigación que buscaba sintetizar la historia del movimiento obrero asturiano durante el Franquismo, desde la caída del frente del norte en octubre de 1937 hasta las elecciones generales de junio de 1977. Se trata de una iniciativa de la Fundación Juan Muñiz Zapico y del Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias.

 



 

 
Historiadores asturianos firman un libro de referencia sobre la clase obrera
El Comercio, 8 de marzo de 2013

Gijón, A. Piquero

La editorial KRK y la Fundación Juan Muñiz Zapico acaban de publicar un ambicioso ensayo -671 páginas, más un anexo de documentos originales-, bajo el título 'La historia del movimiento obrero en Asturias durante el franquismo', cuyo coordinador, el profesor de la Universidad de Oviedo Rubén Vega García, explica estructuralmente: «Son seis bloques temáticos, comenzando por el dedicado a la evolución en ese periodo de la clase obrera, la represión sufrida, los conflictos laborales, la organización de los partidos y los sindicatos en la clandestinidad y, finalmente, un capítulo dedicado a imágenes de la representación legendaria de los mineros y el modo en el que fueron reflejados por la literatura, las artes plásticas y la música».

Una de las lecciones que deja el texto es que «aunque ahora vivamos condiciones difíciles, lo fueron mucho más en esas décadas. Y se obtuvieron conquistas». Para meditarlo.

 



 

 
'El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo', de Rubén Vega
RTPA, 1 de marzo de 2013

La Fundación Juan Muñíz Zapico ha presentado en el Museo de la Siderurgia de La Felguera el libro 'El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo', un trabajo de investigación que sintetiza 40 años de historia sindical elaborado por un equipo de nueve especialistas coordinado por el responsable del Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias, el historiador Rubén Vega.

Tras casi tres años de gestación nace un proyecto personalísimo pese a tener una autoría compartida. Rubén Vega fue el encargado de coordinar a un equipo de nueve personas para exprimir la esencia de cuarenta años de clandestinidad en casi 700 páginas, desde la caída del frente norte en 19 37 hasta la legalización de los sindicatos en 1977.

El libro, a la venta desde ayer, está acompañado de un DVD con más de 400 documentos y archivos oficiales.

 



 

 
Rubén Vega: «El movimiento obrero fue el fantasma al que Franco siempre temió»
La Nueva España, 1 de marzo de 2013

La Fundación Juan Muñiz Zapico presentó en Langreo el libro sobre la lucha de los trabajadores de Asturias en la dictadura

Langreo, L. M. D.

La presentación de «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo».
La presentación de «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo».

El movimiento obrero fue «el enemigo al que Franco derrotó en la Guerra Civil» y un «fantasma al que siempre temió». Y en concreto, el movimiento obrero asturiano, fue una avanzadilla a nivel nacional y un referente para estudiantes e intelectuales de todo el país que acabaron por plantar cara a la dictadura franquista. Lo afirmó el historiador Rubén Vega, coordinador del libro «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo. 1937-1977», impulsado por la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC OO de Asturias y presentado ayer en el Museo de la Siderurgia de Langreo.

El acto contó con la intervención de Francisco Prado, presidente de la Fundación; de Antonio Pino, secretario general de CC OO de Asturias; Alejandro Calvo, viceconsejero de Cultura del Principado, y el propio Rubén Vega. Éste último indicó que la obra nació a raíz de una reunión, hace dos años y medio, con Francisco Prado en la que ambos llegaron con una misma idea en la cabeza: la de hacer «una obra de síntesis, una visión de conjunto» de lo que fue la lucha obrera durante la dictadura. «Existía un amplio bagaje de investigación sobre este tema, sobre periodos y sucesos concretos», expuso Rubén Vega, «pero no había una visión completa del conjunto». Tras poner en marcha el proyecto, Vega y la Fundación Juan Muñiz Zapico «reclutaron» al resto de autores del libro: Claudia Cabrero, Benigno Delmiro, Holm-Detlev Köhler, Diego Díaz, Irene Díaz, Francisco Erice, Ramón García y Carlos Gordon.

«Cuanto más se profundiza en el tema», apuntó Rubén Vega, «más queda la sensación de que queda mucho trabajo por hacer». El coordinador del libro expuso que el movimiento obrero «fue el enemigo al que Franco derrota en la Guerra Civil». Sin embargo, esta derrota no significó su erradicación, y «siempre fue un fantasma al que temió». Por este motivo Franco quiso eliminar al movimiento obrero de raíz, y en la posguerra «ejecutó a muchos militantes». La represión fue constante, utilizó «las ilegalizaciones, incautaciones... tuvo informadores y policías especializados en vigilar en las fábricas e consideró delito las huelgas y el reparto de propaganda».

El movimiento obrero asturiano fue, a nivel estatal, «un referente de la oposición franquista», algo que se hizo aún más patente a partir de las grandes huelgas de los años 1962 y 1963. «Los intelectuales respaldaron estas huelgas. Promovieron manifiestos contra la falta de libertades, en la primera, y contra las torturas, en la segunda movilización». Algunas de estas representaciones de apoyo fueron manifestaciones y obras artísticas (el cartel de la luz de mina de Picasso entre ellos) y el respaldo fue tan amplio que, por ejemplo, al escritor Manuel Vázquez Montalbán fue detenido en Barcelona por cantar el «Asturias patria querida». En estos años fue cuando se construyó «cierta leyenda de la Asturias luchadora y resistente, encarnada en los mineros como símbolo del movimiento obrero y de la oposición a Franco».

En los años sucesivos los frentes abiertos acabaron por superar al régimen dictatorial. Los colectivos vecinales, profesionales liberales y los propios intelectuales se unieron en este tiempo al propio movimiento obrero, que siguió siendo la fuerza antifranquista con mayor poder de movilización, la más duradera y permanente en el tiempo. Sus reclamaciones de estos años, exigiendo el derecho a huelga, de reunión y la creación de nuevos sindicatos «sirvieron para ir construyendo la democracia en circunstancias no democráticas», apuntó Rubén Vega.

En el año 1976, el movimiento obrero asturiano seguía dando mucho que hablar en España. Con sus huelgas se reivindicaron la necesidad de readmitir a despedidos, la creación de ambulatorios en barrios y pueblos y la mejora de los convenios colectivos.

 



 

 
La Fundación Juan Muñiz Zapico presenta el libro "El Movimiento obrero en Asturias durante el franquismo. 1937-1977"
ccooasturias.es, 1 de marzo de 2013

El proyecto, que es el primer estudio sobre el mundo laboral en la dictadura, aborda un período que es parte de la génesis fundacional de CCOO
Francisco Prado Alberdi destaca que "el libro muestra el triunfo de lo colectivo y resalta el valor de conjunto del movimiento obrero"
Rubén Vega subraya que "el régimen franquista temía Asturias porque era el bastión de la resistencia obrera"

El Movimiento obrero en Asturias durante el franquismo
"El Movimiento obrero en Asturias durante el franquismo"

Ayer en el Museo de la Siderurgia de Langreo, CCOO de Asturias, a través de su Fundación Juan Muñiz Zapico, presentó el libro "El Movimiento obrero en Asturias durante el franquismo. 1937-1977", desde la caída del frente norte hasta la llegada de la democracia. El proyecto, que se empezó a gestar en 2010, es el primer estudio sobre el mundo laboral asturiano en la dictadura. Así, como subrayó Antonio Pino, "se aborda un período que es parte de la génesis fundacional del sindicato en su lucha por la libertad y por la mejora de la clase trabajadora". Tal como señaló Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico, "el libro muestra el triunfo de lo colectivo, deshace mitos individuales y resalta el valor del conjunto del movimiento obrero".

Para Alberdi, "ser sindicalista es el compromiso con lo colectivo en cualquier momento histórico". Presentado por la gerente del MUSI, Suni Torre, el presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico, que compareció acompañado de Antonio Pino, secretario general de CCOO de Asturias; Alejandro Calvo, viceconsejero de Cultura; y Rubén Vega, coordinador de la obra, resaltó que "con este libro no se trata de escribir la historia para repetirla, sino para aprender de ella". Este proyecto se pudo llevar a cabo "gracias al compromiso militante de los historiadores". En la edición, entre otros, participan Claudia Cabrero, Benigno Delmiro, Holm-Detlev Köhler, Diego Díaz, Irene Díaz, Francisco Erice, Ramón García Piñeiro y Carlos Gordón.

Para comenzar su intervención, Rubén Vega resaltó "el compromiso de CCOO con la historia y con el rigor, respetando y no reescribiéndola a su antojo, lo que llena de prestigio a la organización". El autor del libro destacó tras la guerra civil, "el movimiento obrero asturiano fue capaz de renacer de sus cenizas". En palabras de Rubén Vega, "el régimen franquista temía Asturias porque era el bastión de la resistencia obrera".