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Presentación del libro
Recuerdos de una vida militante:
las miradas de José M. Nebot
   » Presentaciones

 
Presentaciones del libro
    Jueves, 7 de marzo de 2013, a las 19 horas. Sala Polivalente de la Casa de Cultura de Grado [fotos]
    Miércoles, 16 de enero de 2013. Sala de Conferencias Antiguo Instituto Jovellanos de Gijón [fotos]
    Martes, 18 de diciembre de 2012. Plaza Trascorrales de Oviedo [fotos]
» Presentación del libro en Oviedo: Intervención de Francisco Erice

 
Recuerdos de una vida militante: las miradas de José M. Nebot
Con la intervención de Agustín Iglesias Caunedo, Alcalde de Oviedo; Alejandro Calvo, Viceconsejero de Cultura y Deporte; Carlos Siñeriz de Paz, director de relaciones institucionales de Cajastur; Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico; Francisco Erice, colaborador de la edición y José M. Nebot.
Recuerdos de una vida militante: las miradas de José M. Nebot
 


[FOTOS] Grao, 7 de marzo de 2013
 
Recuerdos de una vida militante: las miradas de José M. Nebot Recuerdos de una vida militante: las miradas de José M. Nebot

Grao acogió el jueves 7 de marzo de 2013 la presentación de «Recuerdos de una vida militante: las miradas de José Manuel Nebot», organizada por la Fundación Juan Muñiz Zapico, en colaboración con el Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias y KRK Ediciones, en la Capilla de Los Dolores de Grado, a las siete de la tarde.

La presentación contó con María Victoria Fernández, concejala de Cultura de Grado; Benjamín Gutiérrez Huerta, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico; Emilio Huerta (Triqui), ex secretario general de CC OO de Asturias; Francisco Erice, profesor de Historia de la Universidad de Oviedo y colaborador de la biografía; y el propio José Manuel Nebot, protagosnista del libro de memorias.


 


[FOTOS] Gijón, 16 de enero de 2013
 
Recuerdos de una vida militante: las miradas de José M. Nebot Recuerdos de una vida militante: las miradas de José M. Nebot
 


[FOTOS] Oviedo, 18 de diciembre de 2012
 
Recuerdos de una vida militante: las miradas de José M. Nebot Recuerdos de una vida militante: las miradas de José M. Nebot  



 
Intervención de Francisco Erice, en la presentación del libro "Recuerdos de una vida militante: las miradas de José M. Nebot"
Oviedo, 18 de diciembre de 2012

Escribe José Sandoval, correligionario de Nebot, en sus memorias (Una larga caminata) que "la historia de la lucha de un pueblo por una vida digna se teje con millones de historias personales". La de José Manuel Nebot, que se cuenta en el libro que ahora presentamos, es sin duda una de ellas.

Nebot ha sido siempre reacio a hablar en primera persona, porque piensa que puede ser interpretado como un ejercicio de vanidad o un alarde de narcisismo. Yo he intentado convencerle que puede ser también una forma de asumir la responsabilidad de los actos y las decisiones que uno adopta, o el ejercicio de un deber fundamental: el de transmitir a otros, en particular a las nuevas generaciones, las propias experiencias. Es verdad que luego él, en sus memorias, intenta paliar lo que pudiera haber de egocentrismo, hablando mucho de otros: de Horacio, Laso, Tierno Galván, Brosio, Garcia-Dory, Leuman, y un largo etcétera.

Además de las que atañen a su vida íntima y familiar, Nebot tomó dos decisiones fundamentales en su vida: una en 1942 y otra en 1965. La primera, un tanto forzada, le llevó a elegir profesión, al entrar de chico de los recados en un estudio fotográfico de Gijón; según él mismo cuenta, esta iniciación profesional fue en parte casualidad, pues antes había intentado trabajar en una sastrería y fue rechazado porque era bajo de estatura y no alcanzaba a la parte alta del escaparate que le mandaron limpiar. Yo no sé si Nebot logró luego la excelencia que, como fotógrafo, atribuye a Leuman, pero es bien conocido que ha sido un profesional serio, solvente e incluso brillante.

En 1965 tomó otra decisión, esta vez menos forzada y más voluntaria. Tras una visita de Herrero Merediz y Daniel Palacio, decidió entrar en el Partido Comunista. Creo que ni de esta de la otra opción se ha arrepentido nunca, más allá de las dudas lógicas y ocasionales que los seres humanos podemos tener de lo que hacemos y lo que pensamos.

Nebot ha sido y es, por tanto, fotógrafo y comunista. Pero decir esto, escuetamente, apenas da cuenta de una actividad vital tan variada e intensa como la suya. Nebot ha sido también agitador cultural en Grado en los años cincuenta y en Oviedo y el resto de Asturias en los sesenta y los setenta; fue cofundador de la editorial Amigos de Asturias, activo miembro del Club Cultural de Oviedo, impulsor de las cenas-coloquio del Bar Aller (antecedente de la asociación cultural Tribuna Ciudadana) y uno de los organizadores de los Días de la Cultura que se celebraron en Gijón allá por los setenta. Fue activo defensor del medio ambiente, como cofundador de Amigos de la Naturaleza de Asturias (ANA). Promovió asociaciones como la de Padres de Alumnos del Instituto Alfonso II, y plataformas vecinales varias, desde la de su edificio contra los ruidos causados por una discoteca en 1967 hasta la de defensa de la Estación del Vasco amenazada –y luego derruida- por la especulación, en 1989. Fue, por supuesto, un activista político tenaz, que lo mismo lanzaba octavillas desde su coche en la "huelga de la leche" de 1966 que visitaba a los presos de Soria o participaba en habituales reuniones clandestinas, en Asturias, en Madrid o incluso ocasionalmente en París; su estudio fue centro de la campaña electoral del PCE en 1977, y en su casa se alojaban los más conspicuos de sus líderes que venían a Asturias, como la propia Dolores Ibárruri. Fue también concejal a la fuerza, por pura disciplina, porque como él confiesa y su trayectoria demuestra, nunca le ha interesado ocupar cargos públicos ni de dirección en el Partido. Y ha sido también, por supuesto, no sólo fotógrafo, sino impulsor y dirigente de asociaciones de fotógrafos en Asturias y en España, y promotor de asociaciones de autónomos y pequeños empresarios.

Por todo ello, Nebot puede ser calificado de "ciudadano" en el más genuino sentido democrático-republicano: no sólo por reclamar y ejercer derechos individuales sino por concebir la ciudadanía como participación en las tareas colectivas y en la búsqueda de bienestar de la comunidad.

Este libro recoge sólo una parte de su ingente labor política, profesional y ciudadana. Quien lo lea se dará cuenta de que, en cierto modo, como buen fotógrafo, Nebot va aplicando flashes sobre acontecimientos, episodios y personajes diversos, sin especial obsesión por la sistematicidad o la cronología estricta. La selección de los temas y las situaciones es, desde luego, suya, porque, como decía García Márquez, "la vida no es la que uno vive, sino lo que recuerda y cómo lo recuerda para contarlo". Como en aquellos viejos pasatiempos de puntos que había que unir con una línea para dibujar la figura ignorada, el enlace de esas distintas escenas nos permite visualizar perfectamente al personaje íntegro; pero también como en aquel juego, si uno fija la vista de manera intensa y persistente, se puede ver, al fondo, esa figura perfilada, sin necesidad de remarcar expresamente el hilo que las une. En cada anécdota late la personalidad de Nebot y, en su conjunto, nos arrojan una panorámica amplia y contrastada de su actividad y su vida pública.

Para elaborar estas memorias, partimos de tres largas entrevistas (historias de vida) realizadas a Nebot por Irene Díaz, Pelayo Muñoz y Amaya Caunedo, y que se conservan en el Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias (AFOHSA). Además, se añadieron algunos esbozos de anécdotas y episodios manuscritos por el propio Nebot y algunas conversaciones con él de quien suscribe. Mi misión se redujo a resumir, ordenar y organizar el material, procurando siempre respetar la intención, el sentido y hasta las propias formas de expresarse de Nebot, más allá de los inevitables cambios de la oralidad al texto escrito. El resultado de todo ello fue luego sometido a la supervisión y corrección del mismo Nebot, con ayuda de sus familiares más próximos.

Las memorias de Nebot llevan por título "Recuerdos de una vida militante". Se refieren, por tanto, a la vida y a la lucha. Neruda tituló su libro de memorias "Confieso que he vivido", y Marcelino Camacho, "Confieso que he luchado". Pero ya un siglo antes Víctor Hugo subrayó la relación entre una y otra cosa, cuando afirmó que "los que viven son los que luchan".

Nebot ha tenido una vida plena porque ha sido un luchador de causas nobles y colectivas. Sintió siempre, como confiesa, una pasión política que yo creo que, en su caso, está muy unida a lo concreto, a la preocupación por las personas individuales, lo cual le ha dado o ha contribuido a darle lo que Lorenzo Cordero llama, en su sentido Prólogo, una gran "capacidad para generar simpatías a su alrededor". Es también un sempiterno cultivador de la amistad, un hombre de diálogo y de respeto ejercido hacia los demás y exigido para él; todo lo cual no está reñido, ni mucho menos, con ser persona de convicciones firmes (incluso terco, según la cariñosa semblanza de su hija Ana en el Epílogo a este libro).

Él sigue preocupado por lo que pasa en la calle, en esta época terrible en la que, como decía Albert Camus, a veces parece que, más que intentar rehacer el mundo para mejorarlo, casi tenemos que esforzarnos en evitar que se desmorone. Nebot sigue fiel a sus convicciones y fiel a sí mismo. Algo así como en la estrofa –si se me permite la cita algo informal- de la conocida canción de Frank Sinatra "My Way" ("A mi manera"), justamente considerada como un canto al individualismo, pero que también puede ser entendida como un alegato en favor de la coherencia personal: "Pues ¿qué es un hombre, qué ha logrado? / Si no es fiel a sí mismo no tiene nada. / Decir las cosas que siente realmente / Y no las palabras de quien se arrodilla".

Gracias, Nebot, por no haberte arrodillado. Gracias por tu libro y por tu vida.